Las tendencias de los consumidores varían en cada generación: baby Boomers (1946-1964): los que actualmente tienen entre 50 y 68 años aprox. Generación X (1965-1978): los que actualmente tienen entre 36 y 49 años aprox. Millennials o Generación Y (1979-1996): los que actualmente tienen entre 18 y 35 años aprox. Generación Z (A partir de 1995): Menores de 18 años aprox. Todos ellos conviven pero son distintos en gustos tendencias y consumo.

En este caso nos vamos a centrar en comentar aquellos consumidores que están encontrando un nuevo estilo de vida en consumir los llamados productos “sin”. En este grupo los hay por necesidad: alergía, intolerancia, … o los que simplemente lo hacen como opción: vegetarianos, veganos, ….

Productos Ecológicos
Son aquellos que en su producción y/o elaboración se han eliminado el uso de ciertos productos químicos. Por ejemplo un tomate ecológico sería aquel producido libre de cualquier fitosanitario, es decir sin uso de pesticidas, herbicidas, o cualquier sustancia que altere la naturaleza para evitar las plagas o enfermedades. En este grupo podríamos incluir los Bio, Eco, o no transgénicos.

Productos sin lactosa, sin gluten, …
Es el grupo más habitual ha tener en cuenta por que sus consumidores no pueden tomar nada que no disponga de ese distintivo. Su elaboración era tan costosa que hasta hace muy poco había muy pocas empresas que los ofrecieran porque parecía poco rentable. Ahora son indispensables en supermercados, hoteles, restaurantes, porque hay mucha gente (quizás en aumento) que tiene estas intolerancias, y no se puede obviar que el sobrecoste de estos productos lo van a asumir.

Productos sin aceite de palma
Este tipo de grasa muy utilizada en la alimentación de productos de bollería, cosmética, etc, está siendo defenestrado por una serie de artículos y documentales donde su uso se consumo se considera no saludable, en determinados casos y en exceso.

Productos bajo en grasa, azucar, light,
Los primeros en aparecer al principio con marcas paralelas, ahora casi integrados en todo, refrescos, bollería, pan, todo. Sin duda es la mejor forma de mantener en el mercado un producto con fama de antidieta, pero que todo el mundo quiere incorporar a la cesta de la compra.